El lavado de manos habitual es una de las principales medidas recomendadas para prevenir las enfermedades de fácil transmisión originadas por virus o bacterias, como el coronavirus o Covid-19.
Por ello es recomendable mojar las manos con agua limpia del grifo (ya sea tibia o fría) y enjabonarlas. Al usar agua de grifo evitamos que pueda estar contaminada. Si ocupamos agua de una cubeta, estaríamos usando una y otra vez la misma para lavarnos, la cual estaría cubierta de gérmenes.
La temperatura del agua no parece afectar la eliminación de microbios; sin embargo, el agua más caliente puede provocar mayor irritación en la piel y es más costosa para el medio ambiente.
Cerrar el grifo después de mojarse las manos ayuda a ahorrar agua. Además, hay pocos datos que comprueben si se transfieren cantidades significativas de microbios entre las manos y el grifo.
Usar un jabón para lavarse las manos es más eficaz que usar agua sola, ya que los agentes tensioactivos del jabón levantan la suciedad y los microbios de la piel; las personas tienden a fregarse las manos más cuidadosamente cuando usan jabón, lo que elimina aún más los microbios.
Para deshacerse de todas las grasas y microorganismos es necesario tomarse su tiempo y ser minucioso. Es necesario dedicarse al lavado de manos al menos durante 20 segundos, sin dejar ningún rincón de la piel sin fregar, con especial cuidado a las uñas, los nudillos y las separaciones entre los dedos.
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