“El conocimiento es poder” y requisito ‘sine qua non’ para el desarrollo de las sociedades y del ser humano. La frase “el conocimiento es poder” es atribuida a Francis Bacón, filósofo y escritor inglés, sin embargo, donde encontramos la frase expresa es en la obra de Thomas Hobbes en su libro El Leviatán (Hobbes, T, (1982), p, 74). Indistintamente quién haya acentuado la frase, aquí lo que interesa es la justificación en el desarrollo de la ciencia, de la sociedad y del ser humano.
Evidentemente, vivimos en la sociedad del conocimiento, y con frecuencia se escucha “quien domine mejor los saberes tiene ventaja sobre sociedades menos desarrolladas en sus niveles de educación”. En la dimensión personal, una persona que tiene mayor conocimiento posee más opciones para afrontar situaciones existenciales. Y a nivel social, el conocimiento constituye un motor que posibilita el desarrollo de las sociedades. Por tanto, en la actualidad toda sociedad del conocimiento tiene a la base el desarrollo de la tecnología, que es trascendental para el desarrollo de la economía, de la agricultura, del comercio, de la industria, etc.
En esta sociedad del conocimiento, el aporte de la universidad, a través de la investigación y la formación, pues es lo más característico de la institución es la creación de nuevos conocimientos, y de esta manera contribuye al progreso de la ciencia, y este progreso científico posee un impacto positivo en la sociedad. Sin embargo, la investigación científica y las carreras que oferta la universidad debe derivarse de un diagnóstico de las necesidades de la sociedad en relación con su entorno. Es decir, en comunión con los sectores productivos, Estado, comunidades, ONG, etc.
En países desarrollados es frecuente la relación entre universidades y sectores productivos, en El Salvador históricamente las universidades y las empresas privadas no han establecido un diálogo permanente, incluso, ha sido una relación débil y en ocasiones conflictiva debido a razones ideológicas y políticas. No se tiene construida una agenda de discusión que exprese las necesidades de ambas, hay experiencias de algunas universidades que han firmado convenios y han realizado proyectos, consultorías, investigaciones, con empresas industriales. Sin embargo, no hay una constante comunicación de la empresa con las universidades. Por lo tanto, es necesario que se realicen cambios sustanciales del sistema de educación superior para dar respuestas a las necesidades de desarrollo del país.
Estos cambios sustanciales en la oferta académica de las IES deben salir de una mesa de diálogo entre: universidad, empresa privada y el Estado, donde se viabilicen los programas de desarrollo en educación superior basados en las necesidades y el desarrollo de la sociedad.
Algunas ideas de cambios en la educación superior que deben realizarse en diálogo con el Estado y sectores productivos del país que pueden ayudar a una pertinencia de las carreras en relación con las necesidades del país y el desarrollo:
En fin, es necesario que exista una estrecha relación universidad, empresa y Estado, pero para ello debe institucionalizarse y crear los mecanismos de diálogo tripartito. Las empresas pueden fortalecer programas de becas, invertir en investigaciones que favorezcan al desarrollo productivo del país. También es necesario una mayor transparencia en los recursos financieros que administran las IES y la forma como se revierten en mejora de la calidad educativa. Ciertamente, la educación superior debe estar en relación con el entorno productivo y la altura de la nueva realidad.
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